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Efemérides: el día que faltaron los abrazos de Evita

A 68 años del fallecimiento de una mujer imprescindible en la historia argentina

Los abrazos son algo que la cuarentena nos ha privado, y al mismo tiempo revalorizado. La ausencia de ese afecto, de esa contención, protección, sostén y acompañamiento es de esas sensaciones que cada persona experimenta mas no desea nunca repetir.

El 26 de Julio de 1952, el paso a la inmortalidad de Eva Duarte de Perón -más conocida como Evita- fue para muchos y muchas ausencia, carencia aun presente con agregado nostálgico. «Esa mujer» -eternizó Rodolfo Walsh fue una de las figuras más influyentes de la política argentina, esposa del ex presidente Juan Domingo Perón y símbolo de justicia social, de adquisición derechos y de sincera devoción por su pueblo.

Emblema peronista, feminista, lidereza… su existencia es y ha sido motivo de pasiones argentinas, extremas: el más devoto amor, la mayor fidelidad y el odio encarnizado.

«Cuando la veo a Evita, me dan ganas de llorar. Me conmueve profundamente (…). A Perón me me da ganas de leerlo, de entenderlo. (…) A Evita me encanta verla y escucharla. (…) es imagen y construcción simbólica.» afirma otra mujer peronista, también ya parte de la historia.

Eva Perón es historia. Es presente. Es vanguardia.

Dos de sus acciones más simbólicas

En 1946, poco después que Perón asumiera la presidencia, la Sociedad de Beneficiencia, una institución monopolizada por las damas pertenecientes a la oligarquía, se negó a aceptar a Evita como su presidenta honoraria. Dos años después, ella creó la Fundación Eva Perón, al frente de la cual llevó a cabo una trascendental e inusitada obra de reparación social y al servicio de la cual agotó hasta sus últimas energías.

Desde que el general Perón llegó a la presidencia, Evita asumió la campaña por el derecho a la mujeres a votar.
«La mujer argentina ha superado el período de las tutorías civiles. La mujer debe afirmar su acción, la mujer debe votar. La mujer, resorte moral de su hogar, debe ocupar el sitio en el complejo engranaje social del pueblo. Lo pide una necesidad nueva de organizarse en grupos más extendidos y remozados», afirmó Evita en su primer discurso político a los 26 años de edad. Las mujeres argentinas votaron por primera vez en las elecciones presidenciales de 1951.

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