El presidente Alberto Fernández se prepara para dar el discurso en la apertura de sesiones ordinarias de este año que, considera, será el parteaguas de su gobierno y un mensaje «cargado de futuro» luego de la pandemia. En la Casa Rosada esperaban llegar a este momento con un nuevo acuerdo con el FMI cerrado, pero hasta ahora no se logró. No se descarta que el entendimiento con el organismo pueda ingresar a la Cámara de Diputados este martes mismo, aunque no está confirmado. Si bien primó el hermetismo sobre el contenido del discurso, según supo este diario Fernández anunciará «nuevos planes de crecimiento», y la tan mentada reforma judicial, entre otras cuestiones. También hay expectativas puestas en la imagen de unidad que resultará de la jornada: al lado del Presidente se sentarán la vicepresidenta, Cristina Fernández de Kirchner, y el presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa, las tres grandes patas del Frente de Todos que no se muestran juntas hace meses.
Afuera del Congreso, en tanto, distintas agrupaciones, movimientos sociales y la CGT movilizarán en apoyo al gobierno nacional y para pedir por «la necesidad del urgente tratamiento de la agenda parlamentaria del sector de la economía popular». Además, exigirán que la deuda con el Fondo «la paguen los mismos sectores que fugaron el dinero que pidió el expresidente Mauricio Macri», según precisa un comunicado de las entidades convocantes. Los organizadores confirmaron a Página/12 que esperan la asistencia de alrededor de 50 mil personas.
El discurso
El proceso de elaboración del discurso fue intenso: desde hace varias semanas todos los ministerios enviaron propuestas y documentos que eran centralizados por el secretario general de Presidencia, Julio Vitobello, que a su vez procesaba la información y la enviaba al asesor presidencial Alejandro Grimson, que estructuró el discurso. Desde hace varios días, el Presidente lo trabaja de forma personal y fue agregando modificaciones.