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El valor de una copa para el Barsa

Hace un tiempo Riquelme recordaba, como para que la gente les dé valor a los títulos y comprenda lo difícil que es ganarlos, que cuando volvió con Boca subcampeón de América en 2012 no había un solo hincha para recibirlos. Claro, se habían acostumbrado a que las copas se ganaban. Se habían olvidado de lo difícil que era.

La desvalorización de títulos en la que a veces recaemos hinchas, periodistas y hasta los propios clubes debería ser reconsiderada. Para el Barcelona, una Copa del Rey como la que disputa este sábado con Bilbao podía parecer, en los tiempos que fueron de Guardiola a Luis Enrique, un vuelto. Un partido menor.

Práctica del Barcelona en Sevilla, donde este sábado es la final. Messi contento (EFE / Julio Muñoz).

Práctica del Barcelona en Sevilla, donde este sábado es la final. Messi contento (EFE / Julio Muñoz).

Claro, ganaba la liga española, ganaba la Champions, ganaba el Mundial de Clubes, ¿qué más da la “copita” en la que algunos partidos se juegan contra equipos del ascenso?

Y sin embargo, levantarla ahora le modifica radicalmente el escenario de hace un par de meses, nomás, cuando arrancó LaLiga con muy mal paso y todo parecía encaminarse hacia nuevos fracasos. De esa proyección sombría, pasaría a tener un título más y encarar con ese envión el final de un campeonato en el que pelea palmo a palmo con el Aleti y el Real.

Los hinchas del Barcelona recibieron al plantel con una bandera en el estadio La Cartuja, en Sevilla (EFE / Julio Muñoz).

Los hinchas del Barcelona recibieron al plantel con una bandera en el estadio La Cartuja, en Sevilla (EFE / Julio Muñoz).

Y lo que nos importa a nosotros: así, en vez de ofrecerle un equipo del montón, puede tentar a Messi a quedarse en un Barsa que vuelva a ser competitivo. No ese rejunte irreconocible en el que Leo parecía jugar solo, desmotivado, entristecido, sin expectativas.

Si se queda con este trofeo y fuera campeón de España, no hay garantía de que Leo vaya a quedarse, que el City o el PSG no jueguen fuerte por llevarlo. Pero, ya con 36 títulos con el Culé en su palmarés y la posibilidad de que lo rodeen con un par de grosos, cambiaría el pronóstico que daba por segura su ida.

Todo eso se juega el Barsa en una copa que ayer nomás importaba poco y nada.

Fuente: Olé

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