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La Batalla de las Superficies: cuando Nadal y Federer jugaron en una cancha mixta

En 2007 la escena mundial del tenis era gobernada por dos personas. Con unos jóvenes Andy Murray y Novak Djokovic, el circuito estaba compartido entre Roger Federer y Rafael Nadal, que todavía siguen en vigencia y por esa época ya dejaban ver que sus figuras iban a marcar un antes y un después en el tenis.

La palabra compartido no es casual. Por aquel momento los dos reinaban en el tenis -como hasta hace muy poquito-, pero la hegemonía de uno era, en parte, la debilidad de otro. El suizo, siempre cómodo en la hierba, la rompía toda en césped mientras que el español, casi invencible en Roland Garros, era imparable en polvo de ladrillo.


Palma de Mallorca se vistió de césped y polvo para recibir a los mejores. AFP

Por eso, entre 2003 y 2007, Roger había ganado los último cinco Wimbledon y Rafa, algunos años más joven, se había quedado con el el Abierto de Francia de 2005, 2006 y también lo haría en 2007, una dinastía que mantuvo hasta 2020 y le permitió alzarse con el trofeo en 13 oportunidades.

Era tal el dominio que tenían en esas canchas que la gente quería saber, de una vez por todas, quién era el mejor. Ahí apareció el negocio, el marketing y una idea tan taquillera como extravagante: que jueguen un partido en una pista con las dos superficies.

UNA EXHIBICIÓN PARA EL RECUERDO

El lugar elegido para esta muestra de tenis fue Palma de Mallorca, donde lógicamente Nadal fue local aunque el deseo de los 7200 espectadores era disfrutar de los dos mejores jugadores del mundo y, para algunos, de la historia. La inédita cancha se hizo en 19 días y costó casi 1.7 millones de euros. El evento se televisó en todo el mundo y recaudó todavía más.

El trofeo que se llevaron, idéntico al estadio. EFE

El trofeo que se llevaron, idéntico al estadio. EFE

Federer, en ese momento 1° del ranking ATP, y Nadal (2°), arrastraban una racha casi inalcanzable en césped y polvo respectivamente. El suizo llevaba 48 partidos invicto sobre hierba, que equivalía a cinco años sin perder un partido en esa superficie. El de Manacor había ganado los últimos 72 partidos en el lapso de tres años sobre arcilla.

Con ese contexto, se midieron antes de Roland Garros, el 2 de mayo de 2007. Y no fue un partido de exhibición a los que nos acostumbramos en el último tiempo, con puntos poco convencionales, jugadores con micrófonos que hacen chistes mientras juegan y más show que tenis. Todo lo contrario: los dos lo jugaron en serio. Con la buena onda de siempre, pero en busca de demostrar quién era el mejor.

7200 personas estuvieron presentes AFP.

7200 personas estuvieron presentes AFP.

Los dos iniciaron el partido en la cancha donde mejor se sentían y las reglas, iguales a las del circuito, permitían que cambien su calzado cada vez que pasaban del otro lado a un suelo distinto. Quien comenzó más afianzado fue Nadal, que pareció no necesitar adaptarse al enroque de superficies.

Siempre buena onda: Rafa y Roger, dos cracks. Reuter.

Siempre buena onda: Rafa y Roger, dos cracks. Reuter.

Después de un reñido primer set, Rafa se lo llevó por 7-5 luego de quebrar en el 12° juego. Con puntos espectaculares por el nivel de ambos, el español terminó con un passing cruzado y metió un puñito para festejar al final. Por si alguno no se había dado cuenta que estaban jugando en serio.

En el segundo parcial el nivel no mermó y la intensidad tampoco. Nadal continuó con su garra y constancia de siempre, pero Federer ajustó un poco más su juego luego de un tiempo en esa cancha inédita. Así, con un drive más limpio se quedó con el set por 6-4.

Así prepararon el estadio. AFP

Así prepararon el estadio. AFP

Esa paridad que mostraron en la exhibición y que arrastraban en el circuito oficial se mantuvo en el último set y por eso terminaron en un extenso tie break que Nadal se llevó por 12 a 10. Más allá de la victoria para Rafa, lo importante fueron las 2 horas y 24 minutos de un tenis excelso que le regalaron a todos sus fanáticos. 

UNA IDEA ARGENTINA

A Pablo del Campo se le ocurrió esta fantastica forma de enfrentar a los dos mejores jugadores de esa época. Empresario y publicista, vio lo que para muchos era una locura y lo convirtió en una realidad fantástica. En aquel entonces, había explicado cómo surgió esta idea.

En diálogo con Radio 10, contó que quiso ver jugar al mejor Federer y al mejor Nadal al mismo tiempo y de ahí la idea de la superficie mixta. Un negocio que quiso repetir pero que finalmente se hizo por única vez hace más de 14 años.

Fuente: Olé

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