Vuelve el fútbol de liga en la Argentina, el primer torneo largo desde que la pandemia puso el mundo en suspenso, y el antídoto a tanto contratiempo que han tenido los equipos para mantenerse competitivos es un intangible que acompaña la pasión por el fútbol en estas tierras: la ilusión.
Ha sido imposible retener a algunas figuras, renovar contratos, sostener presupuestos, traer cracks del exterior, sí. Pero lo que no se devalúa es el ansia de dar una vuelta olímpica.
Briasco y Rolón con Ameal, cuando los presentó en Boca (Prensa Boca).
River ya no tiene a Borré y se llevó dos hombres clave de Defensa y Justicia, Romero y Enzo Fernández; Boca jugará sin Tevez, Andrada, Zárate, Buffarini y siguen firmas, pero cuenta con dos piezas base de Huracán (Briasco y Rolón) y el goleador de Lanús, Orsini. En Racing ya no estará el Chelo Díaz.
Pero podremos seguir disfrutando del mejor jugador del último campeón, el Pulga Rodríguez, que pasó de Colón a Gimnasia, y habrá retornos de viejos ídolos a sus lugares de pertenencia. Licha López a la Academia, Ortigoza a San Lorenzo, Marcos Díaz a Huracán.
La superposición de calendarios hará que varios empiecen con formaciones alternas, pero al ser 25 fechas hay, también, más tiempo para levantarse y pelearla. No habrá pérdida de categoría otra vez, pero nadie puede descuidarse: los puntos de este torneo formarán parte de los promedios por los que se decidirán los descensos a fin del 2022.
Sonrisa del Pulga Rodríguez, figura del último torneo, con su pilcha de Gimnasia (prensa GELP).
La zanahoria de un título de liga, la búsqueda de cuatro lugares para entrar a la Libertadores y de otros cuatro para la Sudamericana del año próximo y la necesidad de sumar para no sufrir abajo serán los estímulos mayores. Esperanzas para todos: ¿quién apostaba por Colón antes del último torneo?
La LPF tendrá otro nuevo actor que promete no pasar inadvertido: se anunció que habrá VAR, aunque no está claro a partir de qué fecha.
Es la hora, es la hora; es la hora de jugar.
Fuente: Olé
