
La Franja de Gaza es uno de los territorios ms superpoblados del mundo, con dos millones de personas en una superficie de 365 kilmetros cuadrados.
No es la primera vez que las protestas palestinas y los enfrentamientos de civiles con la polica comienzan en Jerusaln o incluso en ciudades de mayora rabe en Israel, pero la escalada se termina dirimiendo con una confrontacin -siempre asimtrica- entre el ejrcito israel y las fuerzas polticas y armadas palestinas de la Franja de Gaza. Esto no se debe a un clculo coyuntural ni inocente.
Detrs de este ltimo movimiento de protestas y de la ola de represin policial y enfrentamientos se encuentran dos lugares de gran importancia para el conflicto israel-palestino: la Explanada de las Mezquitas en la Ciudad Vieja de Jerusaln y, de manera ms general, la parte oriental de esa ciudad que Israel se anex hace dcadas, pero sigue siendo considerada como territorio ocupado por la ONU y gran parte de la comunidad internacional, incluida Argentina.
Por un lado, las protestas en el barrio oriental de Jerusaln de Sheihk Jarrah desnudaron nuevamente una contradiccin de la Justicia israel: mientras se niega a reconocer los reclamos de los cientos de miles de refugiados palestinos forzados a dejar sus hogares en 1948, exige la vuelta de los desplazados judos israeles a Jerusaln este, la mitad de la ciudad que entre el 48 y el 67 estuvo bajo control jordano, y que hoy pelea para mantener su poblacin palestina ante los desalojos y el desarrollo inmobiliario para familias judas.
Las protestas y la represin que desataron la actual escalada militar tienen de fondo el control israel sobre uno de los sitios sagrados del islam en la Ciudad Vieja de Jerusaln, la mezquita de Al Aqsa, en la Explanada de las Mezquitas”
En un informe del ao pasado, el Instituto de Jerusaln para la Investigacin Poltica reconoci que aunque la minora palestina registra un crecimiento demogrfico ms alto que la mayora juda en el pas, en Jerusaln es esta ltima comunidad la que ms crece.
En nmeros, la poblacin israel en Jerusaln Este pas de un poco ms de 167.000 habitantes en el ao 2000 hasta ms de 225.000 en 2019, y hoy los palestinos representan el 38% de la llamada parte rabe de la ciudad, segn la organizacin israel Paz Ahora.
Por otro lado, las protestas y la represin que desataron la actual escalada militar tambin tienen de fondo el control israel sobre uno de los sitios sagrados del islam en la Ciudad Vieja de Jerusaln, la mezquita de Al Aqsa, en la llamada Explanada de las Mezquitas.
La constante pulseada entre los palestinos -ciudadanos israeles, residentes de Jerusaln y los habitantes de la vecina y tambin ocupada Cisjordania que logran conseguir autorizaciones para cruzar- que quieren rezar sin restricciones y grupos nacionalistas y ortodoxos judos israeles que reclaman un acceso ilimitado porque all se encontraba el Templo de Salomn -un smbolo de gran importancia para ellos- desnudan cun entrelazado estn hoy los intereses polticos y religiosos en el conflicto.
Y en este punto, los palestinos no estn solos. Cada vez que el conflicto se concentra en la Explanada de las Mezquitas, la reaccin del mundo musulmn es inmediata y, con ella, la de la ONU, la del Vaticano e incluso de potencias internacionales aliadas de Israel que no quieren que el conflicto sobrepase las fronteras actuales.
Entonces, la escalada vira hacia la Franja de Gaza, donde el enemigo no es una minora civil sin liderazgos polticos fuertes ni mucho menos capacidad de operaciones armadas, ms all de ataques individuales con cuchillo o arma de fuego recurrentes pero de ninguna manera sistemticos como en las intifadas (levantamientos populares) que explotaron en 1987 y 2000.
Pero la eleccin de un terreno ms cmodo para plantear el conflicto no solo beneficia o es impulsada por Israel. El movimiento islamista palestino Hamas, que desde el 2006 controla el interior de la Franja de Gaza, tambin reclama el liderazgo de la causa palestina ni bien las protestas explotan.
A diferencia de la Autoridad Nacional Palestina, una suerte de Gobierno sin Estado soberano y con sede en Cisjordania que, tras el bao de sangre que signific la represin de la segunda intifada, renunci a la va armada y ahora intenta pelear (sin mucho xito) en las mesas de negociaciones y se alimenta de la ayuda internacional; Hamas crece y fundamenta su legitimidad en la confrontacin con Israel.
Cada vez que el conflicto se concentra en la Explanada de las Mezquitas, la reaccin del mundo musulmn es inmediata”
Entonces mientras ms se encarniza el conflicto en la Franja de Gaza, ms se concentra la atencin, por un lado, en los bombardeos masivos y la crisis humanitaria que profundizan en uno de los territorios ms sobrepoblados del mundo, en donde alrededor de dos millones de personas no tienen a dnde escapar o esconderse, y, por otro lado, en la lluvia de cohetes lanzados sobre las ciudades del sur y el centro israel y las innumerables historias de familias corriendo a los refugiados en medio de la madrugada.
Mientras esto sucede, el foco se corre de las protestas y, principalmente, de los reclamos histricos que originaron la nueva escalada militar. Porque incluso en Jerusaln, Cisjordania y las ciudades israeles con importante poblacin rabe las manifestaciones empiezan a concentrarse en actos de solidaridad con sus hermanos palestinos de Gaza.
Y cuando el intercambio de misiles por cohetes o la invasin a Gaza termine con algn alto al fuego frgil y provisorio que con suerte solo durar unos meses, este acuerdo nada incluir de las causas que encendieron una vez ms la mecha del conflicto israel-palestino.
Excepto que estemos en la puerta de la mil veces anunciada tercera intifada. Si esto sucede, ni Israel ni Hamas podrn monopolizar el protagonismo de la escalada de la violencia y ser mucho ms difcil frenarla.
Fuente: Télam