Diego Schwartzman y Kevin Anderson iban 7-6 (4) y 1-0 para el argentino por segunda ronda del US Open cuando el partido debió suspenderse por tercera vez pese a que jugaban en el estadio Louis Armstrong… techado. Igualmente entró agua y debieron aguardar. Finalmente, el juego esperaba reanudarse en el estadio Arthur Ashe, una vez que terminaran de jugar allí el griego Stefanos Tsitsipas y el francés Adrian Mannarino. No iba a ser antes de la 1 ya de este jueves en Argentina (medianoche de Nueva York).
El partido estaba -se suponía- asegurado más allá de la tormenta que azota a Nueva York, gentileza del Huracán Henry, con una lluvia torrencial y viento afuera. Lo increíble, sin embargo, es que pese al techo, el agua se filtró en la cancha, lo cual no solo generaba que los espectadores abrieran sus paraguas, sino que el encuentro se suspendiera.
Diego Schwartzman estaba jugando (AP).
Por eso entraron auxiliares tratando de secar la cancha con aparatos expulsores de aire y hasta toallas. Y los jugadores esperaban la comunicación de que podían seguir jugando… Debieron hasta a carros con aspiradoras. Si bien volvieron a jugar, la cancha estaba patinosa, húmeda, lo cual provocaba protestas de los players hacia el juez de silla, quien no quería suspenderlo de nuevo (lo había parado en el 5-5 y 15-15). Sacaba Anderson 4-4 en el tie break y hubo una discusión con los jugadores, ambos de acuerdo en pararlo.

Anderson de queja por la cancha patinosa (AP).
¿Cómo se solucionó? Con los auxiliares, jueces de línea y ball boys y ball girls de nuevo en la cancha a pura toalla. Mientras tanto, afuera llovía peor, de costado por tanto viento. Luego de diez minutos siguieron compitiendo. Pero nuevamente se suspendió luego de que Schwartzman ganara un game del segundo set.

Estadio techado y gente con paraguas, increíble (Reuter).
Paralelamente, en el Arthur Ashe, el techo se la estaba bancando mejor al punto de que Stefanos Tsitsipas y Adrian Mannarino podían seguir jugando. El Louis Armstrong fue el segundo estadio con techo corredizo que tuvo el US Open, con reforma que costó 200 millones de dólares e inaugurado en el 2018. Ahora estaba directamente inundado. Ah, pero con el techo cerrado…
Fuente: Olé