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El 8 de febrero de 2012 se inmortalizaba el «Flaco» Spinetta, uno de los músicos más importantes y respetados en Hispanoamérica. Su fallecimiento a los 62 años se debió a un cáncer pulmonar.

Con una vasta cantidad y calidad de obras musicales en diferentes épocas y grupos, Luis Alberto es reconocido por ser una de las figuras que más influenció el rock nacional.

Una de las múltiples facetas que se le atribuyen a este artista -además de cantante, compositor, guitarrista, dibujante- es la de poeta. En esta edición Real Noticias le brinda su homenaje compartiendo un escrito de Guitarra Negra, único libro publicado por Spinetta.

«Se torna dificil escribir con la misma brutalidad con que se piensa.

Se torna raro advertir los desmanes de algún término equivocado, porque la valentía de estos signos nos van proponiendo otro idioma despierto.

Pero en la brutalidad, en esa orfandad de tersura de los pensamientos, de tanto drenar el adobe corrupto de los otros, no hay salvación posible que no contenga a la muerte, que necesariamente no reanime su sopor con una parálisis perfecta, quizás un shock electrocutor o un despiadado estrellarse de corpulencia inacabada.

La totalitaria vergüenza de estos pensamientos locos, se desenmascara sólo para proyectarlos contra las fragmentadas evoluciones de la carcaza consciente, redimiendo esa incontenible borrasca animal con un grito, una contracción del gesto teatral de la sílaba.

Veo que la brutalidad del pensamiento es tan solo otro pensamiento que se ejecuta con violencia y perece estampado contra su propia sombra como los objetos arrasados por la bomba de Hiroshima.

Es obvia la deducción: el pensamiento animal que proyectamos es tan selecto y vigoroso, que sólo dura el instante fugaz de una mariposa concebida al azar.

Pero en el atropello desfiladero de la mente expuesta al sufrimiento de las miserias sociales distintas -por siempre distintas sean las miserias de vivir en la poesía, de aquellas en las que vivir en la poesía representa un complot para saciar el estómago-, la soledad de estas barbaries mentales ejerce sobre el resto de los pensamientos una corriente de energía liberadora.

Por los agujeros que profanaron estos brutales delirios al detonar en su corta existencia, pasan centenares de delicadezas e hilios, y son estas prometidas certidumbres las que nos permiten iniciar y luego ahogar el verdadero diálogo con el universo.»

Revista Literaria rosarina RAYUELA, Primavera/Verano 87, 88

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