Ante el aumento de los muertos por coronavirus la ciudad de Nueva York comenzó a enterrar en una fosa común cadáveres que no fueron reclamados por sus familias. Los entierros se llevaron a cabo en la isla Hart, ubicada en el Bronx, extremo noroeste de la Gran Manzana. Sólo llegarán allí los cuerpos que pasados 14 días del deceso no hayan sido requeridos por un familiar o conocido. El alcalde Bill de Blasio, pidió respeto por las víctimas y no caer en sensacionalismos. Recalcó que la medida es provisoria y que luego cada fallecido tendrá un entierro digno. Por su parte, el gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, anunció 777 nuevas muertes por coronavirus en las últimas 24 horas. De esa manera la cifra sólo en el Estado se elevó a 7.844.
«Es probable que gente que haya muerto (de coronavirus) sea enterrada en la isla en los próximos días», dijo la Secretaria de Prensa de la alcaldía de Nueva York, Freddi Goldstein. La Hart se utilizó como cementerio público de la ciudad durante más de 150 años. Allí se daba sepultura a los cadáveres sin reclamar.
También el Central Park se convirtió en un hospital de campaña para tratar
a pacientes con el nuevo coronavirus. La semana pasada De Blasio había anticipado que allí se dispondrían 68 camas. Las carpas blancas comenzaron a ser instaladas el último domingo. También esas imágenes dieron vuelta al mundo graficando la magnitud de la crisis sanitaria en esa ciudad. Con estas tiendas provisorias el gobierno busca reforzar la capacidad del hospital Monte Sinaí Oeste, situado en las inmediaciones.
Por su parte, Cuomo advirtió sobre los peligros de una segunda oleada de la pandemia que se podría evitar llevando a cabo millones de test y puso como ejemplo a Hong Kong. «Parecía tenerlo bajo control, relajó las medidas y tuvo una segunda ola de infecciones. Italia también ha visto una subida en el número de casos», enfatizó Cuomo. Nueva York sigue en pie de guerra contra una pandemia que parece no dar el brazo a torcer.
PÁGINA 12