En muchas casos los varones han logrado romper las estructuras en las que fueron educados y socializados, han podido avanzar sobre las ausencias que tienen como modelo. Sin embargo, aún queda mucho camino para recorrer, tanto desde sus individualidades como de la sociedad en general.
Hoy se festeja el día del padre, y es una gran oportunidad para repensar el rol de los varones en los procesos de crianza, en el vínculo con sus hijos/as y en el impacto que su paternidad tendrá a futuro.
En muchas casos los varones han logrado romper las estructuras en las que fueron educados y socializados, han podido avanzar sobre las ausencias que tienen como modelo. Sin embargo, aún queda mucho camino para recorrer, tanto desde sus individualidades como de la sociedad en general.
Con una licencia de paternidad de 2 días, de las más bajas en la región y en el mundo, desde el Estado se continúa promoviendo el rol principalmente proveedor de los varones. En el sector público se ha avanzado a licencias más equitativas (la más amplia es la de Ciudad de Buenos Aires de 45 días) y en el sector privado también hay avances. Empresas como Uber Argentina otorga 4 meses de licencia de paternidad paga obligatoria.
Estas licencias extendidas, que deberían ser de tantos días como las licencias de maternidad, tienen un doble impacto: por un lado otorgan la posibilidad a los varones a ejercer su derecho a cuidar, lo que tiene un impacto directo en el lazo que pueden generar con sus hijos/as, y por el otro promueve la desconstrucción del sesgo de género que asocia que el cuidado es una tarea “natural” e inherente de las mujeres.
Lamentablemente las licencias no son ni inclusivas ni equitativas. La ausencia de un régimen universal implica una desigualdad en el acceso a derechos, de los varones que no cuidan, de niños/as que no pueden ser cuidados por sus padres y de las mujeres, que por asumir esa responsabilidad no pueden insertarse en el mercado laboral en igual medida que los varones.
En el contexto de aislamiento se puso más evidencia cómo se asumen de manera desigual estas responsabilidades. Mientras que el 78% de los varones realizan tareas de cuidado (en contexto de no pandemia es solo el 13%), los varones le dedican a las tareas domésticas y de cuidado 6h 24’ y las mujeres 10h 48’ (el 83% de las mujeres con hijos/as cuidan). Los padres asumen en mayor medida que las mujeres que los niños/as se cuidan solos/as y que hacen la tarea solos/as, sin visibilizar que necesitan de apoyo y acompañamiento y que este soporte lo ofrecen las mujeres.
Transitar paternidades más activas y conscientes además tendrá un impacto en la construcción de sociedades más equitativas. Los/as hijos/as de estos hogares crecen y aprenden modelos deconstruidos y por lo tanto tendrán la posibilidad en el futuro de vivir sus vidas en mayor libertad.
La corresponsabilidad en el cuidado es un tema de todos/as. Se da en el hogar, en cómo se realizan los pactos de división de tareas en cada familiar, pero también es un tema del Estados, de las organizaciones de empleadores/as y de los sindicatos. Desde Grow promovemos esta mirada e incentivamos a las empresas a facilitar a sus empleados el ejercicio de paternidades activas.
Por Georgina Sticco en Ámbito
*La autora es cofundadora de Grow, género y trabajo